La mañana ha sido, hasta ahora, una de esas en las que durante el desayuno en la panadería, interrumpen tu conversación para preguntar si hablas de una serie en particular (Tyrant). Es entonces, que compartes tu tiempo con una extraña que te narra parte de su vida como si fueses una amiga del alma. Y de las altas voces de aquel lugar de aromas culiniarios, se pasa al frío silencio de la oficina de un doctor y con las miradas los presentes dictaminan su espacio personal y el desinterés de un diálogo.
Yo, entonces, me pierdo en la blancura de mis páginas y allí entablo una conversación.
#vidacotidianadeunaescritora
A.R.Román