Mientras hablo con personas que conocen poco sobre mí, al mencionar que tengo una oficina en casa les hace inmediatamente preguntar: “¿Trabajas desde tu casa”. Mi contestación es sencilla, una que antes me costaba contestar: “¿Sí,” respondo, “soy escritora”.
Tener un rincón para trabajar en la casa no es fácil. Hay que tener reglas y hasta he puesto una pizarra en la puerta corrediza para anunciar que estoy trabajando, ¡favor de no molestar! Independientemente, he logrado acostumbrarme al ruido y a las interrupciones y trabajar. Hay que hacerlo, pero de vez en cuando se necesita el silencio y la soledad que son los mejores compañeros cuando la creación está en todo su apogeo.
Ese rincón de creatividad y trabajo es diferente para cada escritor. Encontrar un lugar en especifico a veces es un trabajo arduo y la comodidad es esencial para sentirse que es el idóneo para darle riendas sueltas al proceso creativo.
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Nómada
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Fui nómada en mi propio hogar hasta que encontré mi nicho. Me mudé varias veces de rincón. Convertí varios lugares de mi hogar en un área de creatividad. Nunca estuve satisfecha, y continué en la búsqueda de ese lugar perfecto.
En mi hogar hay un cuarto grande que hemos utilizado como family room, cuarto para los invitados y en el que he acomodado mi escritorio varias veces. Ha tenido muchas transformaciones. Cuando dejamos de usarlo como family room, deseé transformar parte de él en mi oficina. ¿Qué hice? Le sugerí a mi esposo, para que estuviese de acuerdo por si tenía otros planes para ese espacio, que la nena lo usara como su estudio de arte y no le gustó la idea pensando que tomaría todo el área. No funcionó la estrategia. Cuando mi último escritorio se rompió, no pienses mal no lo rompí sino que traté de arreglarle las patas y no funcionó, mi esposo me dijo, “Ve a Office Max y compra el escritorio que más te guste. Es tu regalo de cumpleaños.” ¡Qué bello! Fue entonces que arreglé el área del family para mi oficina y el estudio de la nena. ¡Dejé de ser nómada! ¡Qué alegría!
He aquí las partes de mi oficina con las que estoy completamente enamorada y satisfecha.
La oficina
La necesidad inspiró a la creatividad y está convirtió una sencilla mesa de cuatro patas en un escritorio complejo para un uso diferente. La necesidad es la madre de la invención. El escritor necesitaba un escritorio, un lugar donde acomodar sus lápices y plumas -bolígrafo en esta era-, sus papeles, sus archivos, donde escribir cómodamente y que no fuese utilizado para otra cosa. Fue así que en tiempos de antaño surgió el escritorio, bueno más o menos.
Hallé uno muy diferente a lo que buscaba. Lo escogí pensando que era muy grande, lo mismo pensó mi esposo, pero era el perfecto para mí y para la oficina. Le da vida y en él se ha creado ya muchas cosas. ¡Qué placer!
¿Dónde?
No hay duda alguna que la ubicación por excelencia para el escritorio es frente, al lado o cerca de una ventana con la intención de que por ella nos entre luz natural y, quizás, poder tener un hermoso panorama. El mio está cerca de la ventana que da para la terraza, no hay mucho panorama, pero entra luz natural en los días soleados y de esos en Puerto Rico los tenemos casi todo el año.
¿Cómo?
¿El mío? Grande y espacioso. Pero sobretodo, y muy importante, organizado. De lo contrario me pongo a recoger. Así que trato de dejarlo recogido y con lo que necesito para el próximo día de trabajo.
Zona de edición
En mi oficina tengo una que preparé a petición de mi esposo –¡gracias, Honey!– y me lo sugirió varias veces, para que tuviera un lugar donde leer, editar y escribir. Este también lo usamos para tener noches de películas con nuestras amistades y transformamos mi oficina. Mi hijo a veces lo usa para tirarse en el sofá y jugar juegos electrónicos mientras trabajo.
Aquí tienes mi rincón de creatividad y trabajo, el lugar idóneo para mi escritora. Se lo merece. ¿Cuál y cómo es el tuyo?
P.S.: Paseándome visualmente por Pinterest, mi cuenta es esta por si deseas pasearte por mis pins, me topé con esta gráfica de cómo organizar la oficina. Me gustó y la comparto.
A.R. Román