“Me siento solo”, dijo un amigo mío que es un increíble escritor y artista en un día parcialmente nublado. Tomábamos café mientras nos poníamos al día después de un largo tiempo de no vernos. “Es la falta de apoyo de los que me rodean,” añadió sorbiendo su café.
Sonrío, “Yo entiendo, lo sé.”
“¿Ellos te apoyan?,” preguntó.
“A su manera, y he aprendido a aceptar eso.”
“Siento que necesito su apoyo y su aprobación. Me aman, los amo, los apoyo.”
“Déjalo ir,” le contesté. Su expresión cambió. “Es difícil. Es un proceso, un proceso lento que requiere mucho de ti; pero, cuando te las arreglas para soltar, dejar que pase, estás en paz. Ahí es donde quieres estar.”
Como escritores esto nos sucede mucho, cuando nos encontramos en una encrucijada, cuando juzgamos a los que nos rodean. Pensamos que al nosotros apoyarlos en sus metas, sus sueños… tienen que hacer lo mismo. “… Haced bien, y prestad, no esperando nada a cambio; y vuestra recompensa será grande… “(Lucas 6: 35).
¡Déjalo ir! No necesitas su aprobación o apoyo. Si deciden no compartir tu viaje, es su elección como es el tuyo emprender ese viaje. Sinceramente, no pierdes nada, sólo pierdes si te preocupas por eso y le das importancia. Por ejemplo, amigos o seres queridos que se encuentran muy cerca de ti y no toman el tiempo de leer tus escritos, o dicen que sí y constantemente te dicen “aún no he terminado, no he encontrado el tiempo” incluso antes de que preguntes o pienses en hacerlo, y ya han pasado dos meses desde que compartiste tu trabajo con ellos. Le ha ocurrido a los demás y a mí y sucederá en el futuro. Ten en mente que sus prioridades, su camino y visión de la vida es muy diferente a la tuya. Incluso tus objetivos son diferentes.
Es un proceso lento y va a tomar tiempo para que tu cerebro acepte esa verdad, pero se puede lograr. Acéptalo y recuerda tus metas como escritor y como miembro de tu familia.
Mi amigo, después de nuestra charla y un paseo por el Viejo San Juan, aceptó y decidió dejar ir. A veces lucho con soltar esa necesidad, de vez en cuando caigo en remisión y ese estado atormenta mi alma. Para hacer frente a ella tengo mis técnicas, ya sea escribiendo en un diario o haciendo una oración. Lo importante es dejar ir para que el proceso de escritura fluya y tus críticos internos sean silenciados y tus relaciones no se vean afectadas. Especialmente, con tus seres queridos que son los que más importan y dan sentido a tu vida.
Se amable contigo mismo, baila todos los días, da gracias por un día más para crear y escribir, y se duro de vez en cuando con tu ser creativo, tu yo escritor, para seguir adelante. Siempre mantén una rutina de escritura y en la vida cotidiana para alcanzar tus metas de escritura y las expectativas de la vida.
¡Sigue escribiendo y gracias por leer!