¡Qué fantástico sería si pudiésemos ir a una finca de ideas y recoger la más que nos guste! O correr tras de ellas en un bosque o en un valle hasta cazarlas. O quizás comprarlas a través de Amazon para que bajen directamente a nuestra computadora y comenzar a trabajar con ellas.
¡Qué hermosa fantasía! ¿Lo es? ¿Es una fantasía?
Muchas veces me han preguntado de dónde saco las ideas para las historias que escribo. Inmediatamente les cuento cómo surgió esa idea, en qué forma, en qué momento.
Cuando un amante de la palabra escrita te hace esa pregunta, es porque está en búsqueda de ideas, de cómo encontrarlas para tenerlas a su disposición en cuanto las necesite. Pero no es así de fácil, aunque si ponemos atención lo puede ser. Nos va a costar trabajo de vez en cuando, más la mayoría de las veces no será así.
Hay escritores que guardan sus ideas en una cajita, otros las llevan consigo a todos lados en su celular o libreta de escritura y hay aquellos que saben dónde buscarlas.
¿Cómo cazamos ideas?
Las ideas las podemos encontrar en todas partes, en todo momento, en cualquier lugar donde nos encontremos. Sí, el secreto está en poner atención para poder reconocerlas.
Cuando te dije que fantástico sería ir a recogerlas en una finca, no estaba lejos de la fantasía. Vivimos en un mundo lleno de ideas a nuestro alcance. Solo hay que prestar atención cuando nos susurran a nuestro oído, cuando se colocan frente a nosotros, cuando nos tocan.
Una idea puede estar en la lectura que estás haciendo, en la conversación que llevas con tu hijo, tu pareja, tu madre, tu amigo… La rueda de prensa de la gobernadora en la televisión que estás viendo mientras la preocupación te abarca por los problemas que vive tu país. Tu diario vivir, esa vida cotidiana que vives día a día, es tu finca de ideas. Es el lugar de donde las puedes sacar. Esa es tu finca. De donde vas a sacar lo que necesitas para llenar la cajita donde guardas las ideas para tus futuras historias.
Un caso muy conocido es el de Lin Manuel Miranda y su obra Hamilton. Esta surgió de un libro que él leyó del historiador Ron Chernow. Esta era una biografía de Alexander Hamilton. Al leerla Lin Manuel Miranda se vio fascinado por ella y las ideas comenzaron a fluir. Su idea para su obra de teatro Hamilton la obtuvo al leer un libro. Tuvo una visión de lo que podía ser esta historia. Le dedicó tiempo, la fue desarrollando, le dio estructura hasta ser lo que es hoy día.
J.K. Rowling tuvo la idea para crear Harry Potter mientras esperaba el tren. Se pasó el resto del viaje desarrollando la idea en su mente.
Hay dos libros que le compré a mi hija, que es estudiante de arte, que encontré fascinantes para que aprendiera a que las ideas están en todas partes y te exhorto a que los leas o los compres. Ambos son ilustrados. El primero es The Shape of Your Ideas: An Illustrated Exploration of Creativity de Grant Snider. Su página de Instagram es espectacular. En este libro, Snider exhorta a los artistas a tomar absolutamente todo para hacer buen arte. Que todo te sirve de inspiración, que no hay límites.
El segundo es de Neil Gaiman, Art Matters. Son ensayos ilustrados que nos narran las altas y bajas y la búsqueda de inspiración. Son buenos recursos que te pueden inspirar a crear.
Las ideas están y viven a tu alrededor, esperando que las recojas, que las encuentres, que las reconozcas.
Pon atención a lo que acontece a tu alrededor. Escoge un momento en tu vida. Una historia de tu niñez que deseas compartir.
El internet está lleno de páginas que llaman en inglés writing prompts o ejercicios de escritura donde te dan una frase o un tema con la que debes comenzar un cuento corto, un poema. Puedes utilizar libros de escritura creativa que te ayuden a dar esos primeros pasos, a encontrar esas ideas que tanto buscas. Puedes también ir a las páginas de concursos literarios, y la mayoría tiene un tema que ellos desean que los escritores desarrollen en un cuento o ensayo.
Dejemos de dedicarle tiempo a las excusas y prestemos atención. Las ideas están ahí. Hasta una frase de un libro de Shakespeare puede ser una idea que nos lleve a desarrollar una historia.
Haz una cajita de ideas y ponla cerca de tu escritorio para que estén a tu alcance. Mantén una libreta solo para ideas o un archivo en un app de tu celular. Así podrás evitar esos momentos de decir: no me vienen las ideas o no sé qué escribir.
Vivimos en un mundo fantástico repleto de ideas. Aprendamos a reconocerlas, a agarrarlas cuando llegan. Las ideas son sencillas, pero tú tienes el poder de convertirlas en algo espectacular.
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