Muchas veces cuando escribo trato de poder describir un sonido en partícular y las palabras se me escapan. Así que, tomo unos minutos y me retiro a mi jardín o salgo de paseo para escuchar y relajarme. Los escritores necesitamos no solo ejercitar nuestro cuerpo con una caminata o ejercicios que ayuden a nuestro sagrado templo carnal a estar sanos, también necesitamos ejercitar nuestros sentidos de vez en cuando. Hay varios ejercicios que realizo para poder estar más a tono con las descripciones que necesitan las historias. Estos me ayudan a que mis sentidos no sean pasivos, sino activos para así mejorar la calidad de mi escritura.
Días como hoy, lluviosos y refrescantes, me llenan de inspiración. Mi audición esta ya conectada con el sonido relajante del agua al caer, del choque de las gotas con el suelo o sobre las plantas de mi jardín. A mi visión le fascina pasearse sobre el verde de la naturaleza que adorna el pasillo externo y largo en el ala izquierda de mi casa, donde me refugio de vez en cuando a escribir. Al caer la lluvia todo se ve más limpio, lleno de vida, de paz y espiritualidad. Salgo a mojar mis pies para sentir el frío refrescante del agua que corre bajo la corriente, buscando escape a otros rumbos. Mi olfato se regocija con la brisa húmeda y serena que llega luego de un aguacero.
El ejercicio de los sentidos nos conecta más con nosotros mismo, pero a los seres creativos les da alas para explorar más activamente su imaginación, al poner en orden las ideas y dejar que fluyan con mayor facilidad. No solo escribir diariamente ayuda al escritor, pero tomar tiempo para activar los sentidos trae beneficios y evita el bloqueo mental.
En El Rincón de mi Musa, comparto esos ejercicios que utilizo para activar los sentidos. De mi para tí, ser creativo que busca y anhela más para alcanzar más. Ejercítalos uno por semana, y verás grandes diferencias en la forma en que te adentras en todo.
____________________________________________________________
¡Comparte con nosotros en Facebook!