English version below…
Los conspiradores comentan que sobre el cielo que cubre al archipiélago borincano, se llevan a cabo experimentos climáticos que han inhibido al cielo de sus lágrimas. La sequedad ha llegado para quedarse. Los obesos embalses bajan de peso y escasea el transparente líquido vital. En nuestro vocablo diario ahora es común la palabra racionamiento, y esta se cuela en la agenda diaria.
Cisternas en el techo, cubos de treinta galones o más ocupan la mayor parte de la ducha y envases de plástico, que una vez fueron recipientes de otro tipo de líquidos, ahora se esparcen llenos de agua por la cocina y el baño para uso personal.
Mira que no es la primera vez, que esto pasó antes y desconozco si en ese entonces, que tal vez haya ocurrido, se llevaban a cabo experimentos de esa categoría. Porque no, si Vieques aún era lugar de práctica militar de la Marina y en Ceiba la base estaba activa.
¡No!, dicen algunos entre ellos los meteorólogos, que se debe al Fenómeno del Niño que de vez en cuando nos abruma. Otros apuntan al calentamiento global que cada año aumenta y de ese todos hemos puesto nuestro granito de arena con las emisiones de carbono. No se puede negar, nuestros veranos anualmente son más calientes.
Sea cual sea la causa de que el cielo no se desahogue sobre nosotros, mira que estamos dispuestos a ser su hombro de consuelo, un día sí y un día no continuaremos con la nueva impuesta y necesaria rutina de bañarnos al son de cubitos con agua recalentá por las mañanas y congelá por las tardes para aplacar los azotes del calor borincano. Esperando fervientemente, mientras se ora y la esperanza se ensancha al ver en el horizonte grisáceos nimbos que solo juegan con nuestros sentimientos, por un significativo cambio climático que ponga la presente situación en las páginas de la historia borinqueña. Así pues, se pasa la vida caribeña al son de cubitos, pues ya no podemos cantar o bailar en la ducha por miedo a que nos multen por malgastar el vital líquido.
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The conspirators coment that in the sky above the Puerto Rican archipelago, climatic experiments are being conducted that have inhibited the sky of its tears. The drought has come to stay. The obese reservoir dropps weight and the vital transparent liquid is scarce. In our daily vocabulary now rationing is a common word and it has made its way into our daily agendas.
Cisterns on roofs, buckets of thirty gallons or more occupy most of our shower space and containers that once had other types of liquid are scatter through out the kitchen and bathroom full of water for personal use.
Look, this is not the first time, it has happened before and I don’t know, maybe it has, if experiments of this category were conducted. Why not, Vieques was still a place of military practice for the Marines and the Ceiba base was still active.
No!, say some amongst them the climatologist, that’s owing to the phenomenon of “El Niño” that burden us know and then. Others point to Global Warming that every year has escalated and of that we are part to blame with our carbon emissions. We can’t deny it, our summers have annually been hotter.
What ever the cause of the sky not venting on us, we are willing to be its shoulder of comfort, on intervals we’ll continue with our new impose and necessary routine of bathing at the pace of buckets with overheated water in the mornings and very cold water in the afternoons to cool down the heat. Waiting fervently, while praying and hope broadens at the sight of a gray nimbus on the horizon that for minutes plays with our feelings, for a significant climate change that will put the current situation on the historical Puerto Rican pages. So the Caribbean life continues to the pace of buckets, for now we can’t dance or sing in our showers being afraid of getting a fine for wasting the vital liquid.
A.R.Román